Tras muchos años de actividades de esquí, a finales de los 70 comenzó a funcionar la Sección de Montaña, que poco a poco se convertiría en el alma del club.
Era un hecho que una parte muy importante de los socios, aparte de esquiadores eran también montañeros, y que realizaban la actividad de montaña por su cuenta. Ya en 1975 y 76 se realizó alguna marcha colectiva de montaña, pero no fue hasta 1978 cuando de una forma sistemática y organizada comenzaron a realizarse actividades de todo tipo: Marchas estivales e invernales, vivacs, escaladas, espeleo…y más adelante recorridos de esquí de montaña.
Las actividades del club se desarrollaron en muchos casos en autobús, pero también se realizaban otras como las ascensiones y las denominadas Travesías del Pirineo (realizadas desde 1978 a 1981) que por su propia filosofía requerían distintas formas de desplazamiento.