Trofeo Travesía Santiago Tabuyo 1984
DEL PUERTO DE SAN ISIDRO AL PUERTO DE PAJARES
El Trofeo Tabuyo era en los años 80 del siglo pasado uno de los más afamados en el mundo del esquí de montaña y se realizaba cada año en recuerdo de Santiago Tabuyo, un joven montañero que falleció en un desdichado accidente de montaña. Se organizaba por su familia y compañeros de montaña.
La participación de los socios del club en 1984 fue numerosa, al estar muy motivados en aquel momento. Conseguido coordinar un autobús con participantes de otros clubs, se llegó -como es habitual puesto que se salía de Madrid a última hora de la tarde-, a las tres de la mañana a Boñar, donde habían cedido unas instalaciones para dormir. Ese dormir fue en el suelo con el saco, lo que no acabó de ser fácil al ser un sitio bastante pequeño. No llegaron ni a cuatro horas las que se pudo dedicar al sueño porque, a las seis y media, ya era un hervidero de esquiadores preparando sus equipos y tratando de desayunar.
El recorrido salía del Puerto de San Isidro cerca de las pistas de esquí y tras ascender al Huevo Faro y al Pico del Tonéo para tras pasar por el puerto de Vegarada con el caserón del mismo nombre, descender por el fondo de un estrecho valle a un pequeño caserío en la montaña, de nombre Canseco, donde en el teleclub los organizadores habían previsto grandes ollas de comida con varios guisos preparados. Al rato otra vez a dormir en el suelo, aunque por suerte esta vez sobre tablas…que son algo más blandas.
Al buen tiempo del primer día sucedió otro nublado, con niebla y ligera nevada; por lo que tras un recorrido simbólico entre ventisca, la travesía se neutralizó y concluyó sin llegar al Puerto de Pajares, final previsto en el programa.
La anécdota del día ocurrió en la entrega de distinciones posterior a la comida de clausura. Al no tratarse de una actividad competitiva, el trofeo lo ganaba el club con mas participantes y los compañeros del club Peñalara (con los que habíamos compartido autobús y que también contaban con un buen número de socios allí) habían echado sus números y se daban por ganadores. Para su sorpresa, al leer la organización el nombre el triunfador, había sido el Club Alpino Popular. Simplemente se debió a que -como se ha comentado en otro lugar- en aquel momento el club crecía exponencialmente y algunos antiguos socios de Peñalara lo eran ya del Popular, entre ellos José Luis de Grado, lo que tenía bastante mérito porque en aquellas fechas su mujer trabajaba precisamente en las oficinas de Peñalara.
El trofeo consistía en una preciosa placa metálica de gran formato labrada en relieve y con un bonito marco, que estuvo orgullosamente ubicada en un lugar de honor de la pared del local del club. Desapareció en la debacle final del mismo.
