El 1 de Diciembre de 2004 se inauguró el nuevo local social de la calle Barco 30. Aunque normalmente la junta directiva con otros colaboradores se ha encargado siempre de todo lo relacionado con la preparación de las invitaciones, en esa ocasión se contrató un catering con un camarero y un grifo profesional de cerveza con el que se sirvieron unos cuantos barriles.
Pasado el evento, se avisó a la empresa suministradora en varias ocasiones. Al cabo de un mes sin venir a recogerlo se entendió que lo daban por amortizado con los barriles vendidos. No era opción dejarlo, porque aun utilizándolo para servicio de bar, los posibles volúmenes de consumo en relación con la calidad de un barril abierto no encajaban. Como se comenta en otra parte de la web, la acera de la calle Barco es un talismán: todo lo que se deposita desaparece de inmediato.
Efectivamente, una tarde se sacó fuera. En cinco minutos ya no estaba. Sin duda hizo feliz a algún/a gran consumidor de cerveza.