822 Piedrafita

El Club Alpino Piedrafita era un grupo local de la población de Pozuelo de Alarcón con el que comenzaron los contactos y una serie de actividades conjuntas en 1993, que culminaron en 1994 con la firma del primer acuerdo de colaboración, que se prolongó hasta finales de 1995. No recordamos exactamente como se inició la relación, probablemente nos conocimos participando en alguna de las llamadas «marchas federadas» que se organizaban en aquella época a través del calendario de la Federación Madrileña de Montaña.

Este proceso que tomó como referencia la primera experiencia de “Montañeros Madrileños” de 1981 en colaboración de clubs en el Club Alpino Popular, fue uno de los mas ilusionantes y a la vez una gran decepción cuando se comprobó -de nuevo- que los intereses de ese club caminaban mas bien por reforzar sus propias actividades y autobuses que implicarse en un proyecto mayor. Apostaban también por lograr soporte económico del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, organizando actividades locales abiertas al público en general y patrocinadas por el mismo.

Ello llevó en el año 1995 por parte de MM a apremiar, ya que el proyecto no progresaba. Tras fijar un plazo por escrito, en el mes de noviembre quedó claro que no sería posible avanzar mas  por lo que se canceló el acuerdo de forma simultanea y de conformidad entre ambos clubs. No obstante, se integró en Montañeros Madrileños una quincena de socios (manteniendo en la mayoría de los casos la doble afiliación) con los que se habían establecido ya especiales vínculos de amistad. Socios que en años posteriores se demostraron muy relevantes por su dinámica participación en las actividades y la vida del club y enriquecieron al mismo. Buena gente.

Durante el tiempo de relación colaborativa, en 1993 se realizaron algunas actividades conjuntas de las que se realizaban fichas para los participantes, que aumentarían en 1994 tras la firma formal del acuerdo y se estructuraron ya de forma sistemática en 1995, año en el que se publicaron boletines compartidos el segundo y tercer trimestre. No dio lugar a mas ya que finalizó la relación de colaboración. Por supuesto, a lo largo de los años hemos coincidido en otros temas de una forma correcta.

Tras la cancelación del acuerdo, se hizo examen de conciencia y se sacaron las conclusiones pertinentes: Se había dedicado una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en este proceso. Más del debido, aunque no malgastado dada la experiencia adquirida. En base a esta, aprendimos la forma en que había que enfocar en el futuro los contactos tendentes a la inclusión de nuevos grupos. 

Entretanto, Montañeros Madrileños iba creciendo significativamente mediante socios de afiliación directa. Por un lado un aspecto siempre satisfactorio, pero, también cuanto mayor era nuestro club, un inconveniente a la hora de plantear uniones entre iguales. Y todo ello sin perder de vista la necesidad de contar con un papel preponderante en cualquier tipo de unión que se produjera en el futuro por la importancia de salvaguardar el proyecto fundacional. Algo no siempre fácil de compaginar.

Fotos: Actividad conjunta con Club Alpino Piedrafita en Patones. Año 1993.