Competición
UNA FILOSOFÍA NO COMPETITIVA
La finalidad del club en su puesta en marcha nunca fue la de competir en nada. Creemos en una montaña de disfrute, de compartir, de fijarse las metas deportivas que cada uno/a considere en un marco de actividad en la naturaleza y de respeto por la misma. La filosofía del club está perfectamente sintetizada en el artículo que nuestro socio Alfredo del Campo (actual presidente de Mountain Wilderness España) publicó en mayo del año 2016 en la Tribuna Verde del digital “El Guadarramista» bajo el nombre de “Por una práctica ética del montañismo”.
Pero -como él bien indica- “…tradicionalmente el montañismo nunca ha sido una actividad competitiva, aunque en los últimos años está cambiando cada vez más y podemos encontrar competiciones deportivas de todo tipo que se desarrollan en el marco de las montañas…”
Tampoco en el club se es muy mitómano. Los grandes deportistas son admirados y a todo el mundo le agrada sus hazañas. Y tienen un poder de atracción. Pero en Montañeros Madrileños se cree mas bien en la promoción y formación desde la base y que de ahí sea de donde surjan -si tienen que surgir- esos buenos deportistas. Y no al revés. Concepto que nos hemos cansado de repetir a lo largo del tiempo, especialmente a las federaciones deportivas.
SIN EMBARGO...ESTÁN AHÍ
Aunque el club no puede mirar hacia otro lado cuando existen participantes que compiten en su nombre, alcanzan podios e incluso vienen de la propia cantera de las actividades de Montaña con Niños. Por lo tanto la política que se marcó fue la de un apoyo matizado y por supuesto un reconocimiento de las metas logradas. Y hablamos genéricamente de la competición, porque son varias las disciplinas en las que se compite: esquí de montaña, carreras, escalada…
Descartando la subvención o retribución directa, ya en la reunión de junta directiva de febrero del año 2009 y ante los buenos resultados que estaban obteniendo socios del club en la modalidad de esquí de montaña se puso en estudio las fórmulas de apoyo posibles. Concluyendo que una era la asunción por parte del club de los gastos de inscripción en las competiciones, lo que fue comunicado a los socios y ratificado en la reunión de junta del mes de Abril de ese año. Este planteamiento fue válido para la competición en cualquier modalidad e incluso se creó un sistema informático para las peticiones y abonos, aunque nos consta que no siempre era solicitado.
EL APOYO AL CTEM Y SU INTEGRACION
En el mes de Octubre de ese año se acordó la creación del área de esquí de montaña de competición de la que se haría cargo José Enrique Acero, en la política habitual del club de crear cuantas áreas crean un valor añadido para socios interesados siempre que haya un coordinador dispuesto a gestionarlas. Actividad que desarrolló durante un quinquenio creando unas rutinas de participación, entrenamiento y un fuerte espíritu de grupo.
También en 2009 va a ser cuando ante la falta de medios del CTEM (Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña de la Federación Madrileña, al que está alegó no poder aportar presupuesto), el club a propuesta del entonces presidente Juan Antonio Espadero y Juan Guerra responsable de formación asumió el apoyo por la vía del equipamiento (se gestionó la compra de una partida de monos de competición de una de las primeras marcas a un coste ínfimo simplemente porque eran de temporadas anteriores) y posteriormente también mediante aportaciones económicas que salieron de beneficios extraordinarios obtenidos por el club precisamente por esos buenos resultados, como se dice ahora “llovidos del cielo”. Que nunca se quiso se integraran en los ingresos regulares del club ni que el mismo tuviera de ellos un aprovechamiento, prefiriendo dedicarlos a este apoyo directo a deportistas; también con el saldo positivo neto de alguna actividad como la Travesía de los Tres Circos. En 2010 se amplió la ayuda por medio de la intermediación del club ante sponsor y otras entidades y facilitando medios y gestiones para los alojamientos en sus desplazamientos.
En agradecimiento, la mayoría de los componentes se dieron de alta en el club. si bien en el año 2012 se disolvería el CTEM con la marcha de su responsable Jorge Sánchez. Algunos corredores se desligaron y el resto permaneció.
Al resto de socios participantes en categorías competitivas con buenos resultados, se les facilitó en algunos casos prendas identificativas con el anagrama del club (normalmente el forro polar técnico oficial con logo, en algún caso especial algo de material especializado a amortizar en varios años mediante el presupuesto para publicidad) aunque no siempre fue fácil fotografiarles con las mismas, porque la FMM ya tenía sus propios ingresos derivados de compromisos con patrocinadores y se les exigía llevar puestas las prendas y anagramas correspondientes.
LOS APOYOS Y SUS RESULTADOS
Fruto del conjunto de medidas, socios del club comenzaron a clasificarse en primeros puestos en bastantes competiciones. En el año 2010 el Club Alpino Madrileño se proclamó campeón de España de Esquí de Montaña de clubes. En 2011 campeón de Madrid y subcampeón de España de clubes. Entre los nombres propios que alcanzaron estos resultados destacaron entre los jóvenes Antonio Alcalde (con numerosas clasificaciones individuales y por equipos en pruebas nacionales, europeas y copa del mundo), los hermanos Sumozas, Carlota Tevar, Laura Orta, Noel Burgos y otros en categorías veteranos y populares.
Hay que indicar en este punto la existencia de algunos “seudoclubs” que literalmente compraban a los chavales, pactando el reparto de los premios en metálico y que asediaban a los que destacaban en otros clubs de forma permanente con ofertas, apoyados en algunos padres que ya se veían dentro del selecto mundo del deporte de élite. Un funcionamiento sin nada de ética y que mereció por parte de nuestra entidad un desprecio absoluto, contemplando con indiferencia la fuga de algunos y agradeciendo la actitud de los que se quedaron a pesar de las numerosas ofertas recibidas, demostrando de esta forma su espíritu de fidelidad y sentido de orgullo corporativo
Especialmente negativo se consideró el caso de unos jóvenes escaladores a los que se proporcionó un buen equipamiento de un cierto coste y en muy poco tiempo marcharon atraídos por esos cantos de sirena. No sabemos que habrá sido de ellos a estas alturas.