8123 Retirada de alambradas Puerto del Nevero

A lo largo de 1997 se fue madurando una nueva acción, que finalmente se realizaría el 5 de octubre.

Francisco Sierra tras una actividad de montaña en la zona con Inmaculada García, expuso la existencia en el cordal que va desde el Pico del Nevero hacia el Puerto de Malagosto de una gran cantidad de alambradas de espino oxidadas, tiradas en el suelo, y totalmente abandonadas. Constituyendo un peligro para el paso de caminantes e incluso para el propio ganado.

Realizadas las consultas pertinentes se constató que estaban en desuso, y que no sólo no se pondría trabas a su retirada sino que incluso se agradecería.

Mountain Wilderness, en su filosofía de eliminación de las montañas de instalaciones obsoletas, convocó esta acción por los medios habituales. Al ser un lugar mas alejado (la cita se dio en el Puerto de Navafría) el número de participantes fue sólo de unas decenas aunque muy militantes, el trabajo no era sencillo y el equipamiento debía evitar pinchazos y accidentes.

Se instaló pues en el Puerto de Navafría el punto de control de asistentes, avituallamiento y entrega de material especializado y el grupo partió hacia el Puerto del Nevero dividiéndose allí en varios subgrupos, cada uno de los cuales se ocupó de un tramo de las alambradas. El trabajo básicamente consistió en liberar los tramos de alambre cortando los mas largos y enrollarlos sobre leña muerta y alguno de los postes metálicos caídos. Una vez apilados, se transportaron cada uno por varios participantes hacia el puerto de Navafría arrastrando por el cortafuegos que desde el cordal llega exactamente hasta el puerto de Navafría, donde se había conseguido que se depositara un gran contenedor metálico de la Comunidad de Madrid (de largo como tres de los que se usan para las obras urbanas) que prácticamente se llenó, aunque con todo, fue necesario dejar en el cordal a pie de pista algunos rollos que por su peso y volumen no era posible bajar. La actividad se prolongó durante todo el día. La parte un poco dudosa fue que, al cabo de varias  semanas el contenedor seguía allí  y los rollos del cordal también, aunque tras varias llamadas se consiguió que fueran retirados.

Fue una actividad complicada y trabajosa pero a la que el ánimo y buena sintonía de los participantes hizo incluso divertida, en un gran ambiente montañero y medioambiental.,