La travesía de Carlos V
ORGANIZACIÓN COMPLEJA
El origen de la idea de organizar la travesía o Marcha de Carlos V en el club, se debe remontar a principios de los años 90, cuando en alguna actividad por esa zona de Gredos alguien les comentó que existía un recorrido multitudinario con cientos de participantes de la zona en el mes de Noviembre, conmemorando precisamente la fecha de paso del emperador Carlos V hacia su retiro a Yuste.
Examinado el recorrido, vieron Luis Miguel y Carlos de la complejidad de su puesta en marcha, porque, desde el punto de inicio en el pueblo de Tornavacas hasta el de llegada en Jarandilla de la Vera hay nada menos que 80 kilómetros. Lo que hacía poco viable el sistema tradicional de dejar previamente algún coche para llevar a los conductores a recoger los suyos para llevar de vuelta a la totalidad del grupo.
Por ese motivo, los primeros años se organizó con el grupo Almanzor de Ávila, que por distancia podía permitirse el realizarla en autobús. Básicamente consistía en reservarles previamente las plazas y desplazar al grupo de Montañeros Madrileños por su sistema habitual de vehículos compartidos hasta Ávila, tomar el bus del grupo Almanzor, y realizar la marcha como unos mas de ese club. En el momento del retorno desde Jarandilla hasta Ávila allí estaban los coches esperando. Algún tiempo mas tarde decidimos emprender ya la organización solos, como salida de fin de semana, de forma que el grupo se desplazara el viernes durmiendo en Jerte esa noche. Para comenzar la actividad el sábado se desplazaban los coches necesarios hasta el propio pueblo de Tornavacas, comienzo de la ruta.
EL RETORNO DE JARANDILLA
Y el retorno desde Jarandilla…? …Ahhh. El retorno desde Jarandilla…! Pues se organizó de dos distintas formas. La primera, contratando un bus local de Cabezuela del Valle para recoger a los marchadores a la hora de llegada, sobre las seis de la tarde que al volver a Jerte con todo el grupo también acercaba a los conductores a Tornavacas para recuperar los soches. Y segundo, como por el enorme interés que despertaba la marcha, que, -por la dificultad de organización ningún club programaba- había también demanda para asistir el mismo sábado desde Madrid en bus sin tener que dedicar todo el fin de semana, el club comenzó a fletar un autobús el propio sábado desde Madrid con salida a las 6 de la mañana del metro Ciudad Universitaria. Que retornaba a la capital concluida la marcha y ya de paso dejaba en Tornavacas para recoger los coches a los conductores del grupo que pernoctaba en Jerte. El autobús llegaba a Madrid muy tarde, pero era posible realizar la ruta en el día. La única dificultad organizativa, el cuadrar las cifras de asistentes de forma que el número total de participantes de uno y otro grupo no sobrepasara las 54 plazas del bus.
Como punto base de pernocta se eligió siempre el camping de Jerte, muy estratégico en cuanto a ubicación, con bungalows de construcción que aportaban comodidad. Para la noche del sábado se organizó siempre una buena cena de celebración tras la marcha, claro, pero en la del viernes todo el mundo cenaba de una manera informal. Aprovechando el, en general, buen tiempo en esa zona de Extremadura, se sacaban y juntaban las mesas en la calle compartiendo alimentos al mejor estilo montañero. Es destacable que se hicieron famosas las lentejas de Loli Bajo que llevaba siempre una buena olla para repartir, así como el zurracapote preparado por Carlos, que casi nunca faltó.
EL RECORRIDO
La fecha elegida fue muy concreta, pensada y repensada: el fin de semana que hay entre el puente del 1 de mayo y la fiesta de San Isidro de Madrid. O sea, como el 8 de mayo. Porque en los puentes, en el camping había fuerte demanda de bungalows y el club por las características del recorrido no se planteaba hacer esta actividad en fechas posteriores, ya que, de ahí en adelante, el bajar por las gargantas de la zona sur podía resultar una experiencia sofocante.
Describiendo la actividad, se parte de Tornavacas pueblo y por suave descenso entre cerezos ya con fruta, se toma camino por bosque para tras mediana subida llegar a la zona alta de los Pilones. De ahí, al Puente de Carlos V y a comenzar una larguísima subida que tras al menos dos horas nos llevará hasta el Collado de las Yeguas, máxima altitud del recorrido. Desde donde se emprende la prologada bajada hasta Tornavacas. Total…casi 28 kilómetros.
La travesía de Carlos V se ha organizado al menos en diez ocasiones desde la primera edición de 2006. Aquí podéis ver el recorrido completo y descargar el track,