Los vivacs de San Lorenzo en La Camorca

Esta actividad tiene su origen en los años 70 del siglo pasado. Cuando unos muy jóvenes Luis Miguel Tordesillas y Carlos García, aburridos y pasando calor en Agosto en Madrid, cogían la mochila y el saco de dormir, tomaban el tren en la estación del Norte y luego el eléctrico de Guadarrama en Cercedilla (conocido como “el funicular” …aunque de funicular no tenga nada). Al llegar al Puerto de Navacerrada, a enfilar el camino Schmidt y senda de los Cospes hasta la Fuenfría. Y de ahí a la fuente de la Reina y ascensión a la Camorca, donde llegaban ya casi anochecido. La idea era pasar una noche un poco más fresca.

Esta actividad la hacían el fin de semana anterior al puente de Agosto y nunca faltó algún manjar especial: unos boquerones en vinagre, tortilla de patatas y una cerveza fría, antes había unos barrilitos de un litro tipo lata que se congelaban un poco antes de salir de Madrid y envueltos en jerséis (que todavía no había forros polares…!!…es que hace cincuenta años…!) aguantaban fríos. Incluso algún cordial.

Como la fecha solía coincidir más o menos con San Lorenzo, aparte de ver alguna estrella fugaz, a las doce de la noche contaban con una magnífica terraza para ver los fuegos artificiales de Segovia, que en esos días celebra también sus fiestas. Todo ello en un enclave privilegiado como hay pocos en nuestra Sierra de Guadarrama, rodeados por Peñalara, Cotos, Cabezas de Hierro, el Puerto de Navacerrada, Siete Picos, el Montón de Trigo y la llanura segoviana. Y después, a dormir con el airecillo dando en la cara. La verdad es que nunca encontraron a nadie allí en esa fecha, no era costumbre hacer esas cosas.