Los primeros tiempos
HACIA 1959-60....
Corría el final de los años 50 del siglo XX. Madrid todavía basculaba sobre un centro-centro irradiado en pocos kilómetros desde la Puerta del Sol y ahí se desenvolvía toda la vida de la ciudad. También la educación y los colegios se ubicaban mayoritariamente en ese casco urbano todavía muy reducido.
En el perímetro de la calle Hortaleza, Farmacia y Santa Brígida se ubicaba el colegio de San Antón, regentado por los PP. Escolapios, y a él se dirigían con lógica las necesidades educativas de los habitantes de la zona. Los alumnos eran mayoritariamente vecinos de los barrios de Centro y Chamberí. Hijos de comerciantes, pequeños artesanos y trabajadores de todo tipo.
Ahí fueron a parar Luismi y Carlos sobre 1959-1960; allí se conocieron y cursarían el bachillerato.
Hasta 1968 tuvieron la relación normal de compañeros de clase en unas aulas en las que con casi 60 alumnos por curso lo normal era un conocimiento y camaradería general y un círculo menor de amistades más estrechas.
Los inicios de su mutua afición a la montaña evolucionarán entonces en esos primeros momentos por separado.
LOS INICIOS DE CARLOS EN LA MONTAÑA
En el caso de Carlos llegó a partir de la afición de su padre, que llevaba a toda la familia los domingos en el primer tren que partía de la estación del Norte a las 6,50 y llegaba a Cercedilla poco mas de las 8. Desde ahí ya andando, hacia Camorritos (horizontes que en años posteriores se ampliarían a la zona de Las Dehesas y al Puerto de Navacerrada) donde se pasaba el día. Lo que le permitiría desde los 7 años no pocas escapadas por las laderas de Siete Picos con la excusa de dar un paseo que igual duraba varias horas.
Todo esto le gustaba, por lo que aceptó en años posteriores ir a los campamentos de verano que el colegio organizaba en la zona de La Peñota, en concreto desde los 10 a los 14 años, es decir, entre 1963 y 1967, lo que fue acrecentando su afición.
LOS INICIOS DE LUISMI EN LA MONTAÑA
Luismi recuerda su primera salida a la montaña en un sábado y domingo del mes de Julio de 1968. Iría con su hermano Rufino (también alumno del colegio y aficionado a la montaña) en tren hasta Cercedilla y luego en el Eléctrico de Guadarrama hasta el Puerto de Navacerrada. De allí ya por camino, al Puerto de la Fuenfría, pernocta bajo un árbol y al día siguiente ascensión al Minguete y descenso andando a Cercedilla. Los acompañaba Luis Prieto, compañero de clase de Rufino y que con los años se convertiría en buen amigo y asiduo compañero de montaña de Luismi y Carlos.
EL REENCUENTRO Y PRIMERAS SALIDAS EN COMÚN
Aunque en el último año su amistad aumentó, la salida del colegio separó momentáneamente sus trayectorias. No sería hasta 1969 cuando se encontraron de nuevo preparando oposiciones para el ingreso en entidades bancarias, que en aquel momento experimentaban una fuerte expansión y precisaban ingentes cantidades de nuevo personal en trabajos bien remunerados.
Al final Luismi entraría en el Banco Coca (luego Banesto y al final Santander) y Carlos en el Banco Popular. Pero antes ya había prendido a través de la montaña el vínculo que los ha unido de por vida y que los llevó con los años a diseñar y poner en marcha el proyecto de Montañeros Madrileños.
Ya en 1970 empezaron a realizar las primeras salidas a la montaña en conjunto, primero con el hermano de Luis Miguel y otros amigos y luego por su cuenta. En 1971 vendrían las primeras experiencias con el esquí en el Puerto de Navacerrada y posteriormente en La Pinilla. Luis Miguel, con unos esquíes de madera fabricados cuidadosamente por su padre en capas pegadas, unas buenas manos de Titanlux, cantos metálicos atornillados y ataduras semiautomáticas, lo que en esa época era un lujo. Y Carlos con unos esquíes Attenhofer de tensor de muelles y correas de cuero.
A finales de 1971 Carlos promovió junto con otros amigos/as aficionados del Banco Popular el Club Alpino Popular. Ahí comienza una nueva etapa
